Lo que nos depara el invierno (Aguador)

Nuestra querida Lena se adelanta a los acontencimientos y nos cuenta qué le va a deparar a ella el invierno. Tal vez sea un poco aventurado ir tres meses por delante del calendario, sobre todo cuando apenas acaba de iniciar el otoño.

Quizá por la rémora estudiantil, para mí septiembre sigue siendo todavía un inicio de curso. No se me olvidan los buenos propósitos de cuando era estudiante ("este año estudiaré más", "empezaré desde el primer día"...). Indefectiblemente, llegaba febrero y el señor Carnaval me pillaba con el agua al cuello; pero el caso es que en septiembre era yo muy valiente y me prometía mil cosas. Igual que cuando llega el Año Nuevo, en que unos cuantos (los menos, es cierto) bajamos la cabeza a ver si nos vemos la punta de... los pies. Y cuando no ocurre así, decimos: "El lunes empiezo la dieta". Suena, ¿verdad? Pues de ese calibre eran mis "propósitos".

Para este invierno lo que me imagino que va a deparar va a ser una imagen tranquila y reposada, como la de esta foto. Uno se retira a los cuarteles de invierno a evaluar los meses pasados y a planear los próximos. Igual que la tierra se repliega para explotar y desparramarse llena de vida en la primavera. Igual que Deméter, en el mito griego, se retira para dejar de nutrir los campos y llorar la violación y rapto de su hija Kore, convertida en Perséfone, dueña y señora con su esposo Hades de los infiernos.

De todas maneras, quién sabe lo que va a ocurrir. Como dice Shakespeare, "la buena disposición lo es todo"...