Verano azul (Aguador)

Quizá este post (sugerido por la lectura del blog de Meiga) es una especie de "bocado de realidad" y la muestra de que el fin del verano llegó... y que al menos uno de los que está en esa foto ya partió con "La Dorada". no sólo en la ficción (hasta ocho veces lloramos la muerte de Chanquete), sino también en la realidad: Antonio Ferrandis falleció hace tiempo, dejándonos ese cierto sabor amargo en la boca de que el verano terminó efectivamente para él y un poquito para nosotros, que sólo le conocíamos por su participación en la serie.

Del resto, los rostros más conocidos son los de "Javi" (Juanjo Artero), que le cogió el gusto a la interpretación y le hemos visto en una serie de éxito, "El Comisario", con lo cual se ha desquitado sobradamente de ser "el guaperas" de la serie infantil. También María Garralón ha seguido en la brecha interpretativa y ha hecho algunos otros papeles para la televisión y el cine, aunque para muchos queda el recuerdo de "Julia", la pintora solitaria pero que conecta bien con "la pandilla".

Los otros se fueron más o menos perdiendo en el anonimato, aunque alguna vez ha salido alguna noticia relacionada con ellos. Así, el caso de Miguel Ángel Valero, que ahora es profesor de informática en la UCM, creo (cosa seria, pues...).

En fin. Ese verano que se nos terminó ya. Para muchos, la niñez o juventud que quedó reflejada en esa serie amable, realizada impecablemente por Antonio Mercero. La verdad, no quisiera caer en el tópico, pero verdaderamente "ya no se hacen series así". Y nadie como Antonio Mercero supo en ese momento reflejar la inocencia y la felicidad de un grupo de niños en período de vacaciones. Felicidad e inocencia que no son sinónimos de "tontería", sino tal vez del paraíso del que fuimos más o menos saliendo (o expulsados) al entrar en la edad adolescente o adulta. Bea y Desi (el que diga que no estuvo un poquito "enamorado" de Bea miente como bellaco, jeje), Tito, Piraña, Javi, Quique, Pancho, Julia, Chanquete... nos dicen adiós desde esa Nerja soñada, donde brilla el sol del verano eterno. Esa Nerja a la que tal vez volvamos algún día, mientras el barco de nuestra propia vida surca mares desconocidos.