Sin título (Aguador)

He aquí una prueba palpable del "horror a la página en blanco" que asalta de vez en cuando a aquellos a los que nos gusta escribir. No hay un título, no hay un tema definido, no hay verdaderamente nada a lo cual agarrarse. Y sin embargo, las palabras van surgiendo, sin orden ni concierto alguno. Como que de lo único de que dan fiel testimonio es de "una cierta actividad cerebral", no necesariamente inteligente.

De todos modos, tampoco es algo necesariamente "grave". No sólo por comparación (hay tantas otras personas que hablan sin tener ni pajolera idea de lo que dicen) sino por el hecho de que ése es un estado que, como decía antes, se produce de vez en cuando. Sientes la necesidad de escribir, pero... ¡carajo!, las ideas no quieren venir a tus dedos. Y entonces van saliendo palabras. Si uno tiene suerte, el discurso que se deduce de esas palabras tiene algún sentido. Si no, como parece ser el caso presente, pues nada que hacer. Simplemente, no tienen sentido. Acepto eso. No siempre hay un sentido en todo lo que decimos o hacemos. Y a veces no nos queda otra que aceptar lo absurdo de la vida. Y acepto igualmente que a nadie le guste lo absurdo, ni siquiera a mí mismo.

Y mira por dónde, sin casi desearlo, me salió otro post. No nos metamos con la calidad, porque eso es materia opinable (sí, ya sé: "él opina que es genial; los demás, que es un pelmazo"). Gracias y espero sus comentarios.