domingo, febrero 04, 2007

Piedras - Ramón Salazar



Enhorabuena por ese novio médico estupendo que te has echado, no muy guapo pero con una interesante nariz grande, aficionado a Mafalda como tú, y melómano. Pues a ver cuando me hacéis una visita para que os dé el consentimiento.
Lisboa es rara, Javier. Es una ciudad en la que tengo recuerdos de cosas que no he vivido. Pero eso me hace ir más tranquila, con dos dedos, torpe y despacio, pero acertando en las letras que quiero dar. Pero estoy tranquila. Por fin. Al menos ya no siento que me muero por dentro. Eso es bueno, ¿no?
Y tengo ganas, pequeñas, pero ganas, de empezar a luchar. Y olvidarme de que ésta, y cualquier ciudad, a veces está tan triste como yo. Y notar que estoy cambiando. Aunque solo sea un poco. Bueno, si es mucho, mejor.
¿Has visto que egoístas nos volvemos cuando estamos solos? Espero que tu novio el médico tenga cura para el egoísmo.
¿Tú crees que nos enamoramos sólo para no estar solos? Yo creo que me he enamorado de un chico, bueno de su cogote. Me encanta el cogote de un conductor de tranvía que no conozco. Espero que lo que tienes ahora en tu vida, sea lo que siempre soñaste tener.
¿Dónde irán los sueños cuando no los conseguimos? Porque a algún sitio tienen que ir. Aunque creo que al final, los sueños no son más que una excusa. Pero una excusa muy gorda. Son la excusa para vivir. Por eso a veces también se convierten en la mirada nostálgica de lo que nunca fuimos.
Una putada, Javier. Asumir que nunca serás lo que siempre deseaste. Ni esperarlo siquiera. Joder. Deseo, deseo, deseo. Quiero con todas mis ganas ser feliz, ser lo que siempre quise con mucha ilusión, y con eso hacer un poquito feliz también a los que me rodeen. A unos más que a otros.
Ay, qué bien. Qué bien Lisboa, Javier.

10 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Qué coversaciones las vuestras...
me quedo con el ¿dónde van los sueños...?
Yo creo que se quedan para indicarnos cada día que hay que luchar un poco más. Se pudren en otros casos, entre los miedos y el drama de la pédida.
En todo caso todo no enseña a seguir sea de la manera que sea.
Un beso, Lena.
Mamen

7:14 p. m.  
Blogger Laura Pando said...

Una putada, sí. Pero qué bien, qué Lisboa...al final, lo que pasa es que somos unos optimistas enfermizos.

Cada día me gusta más leerte.

Un abrazo

7:20 p. m.  
Blogger MeTis said...

el dia que no tengamos sueños lena, no viviremos, vegetaremos... y cada dia se parece mas que hacemos eso en vez de sonreirle a la vida.
nos enamoramos solo para no estar solos? pues es posible, a veces nos enamoramos mas de lo que podemos hacer sentir al corazon estando con una persona que de ella misma en cuestion, para que negarlo es asi. Lo malo es cuando todo sigue adelante y te das cuentas entonces de ello pero no te atreves luego a dar marcha atras.
yo tambien quisiera ir a lisboa.. o a barcelona...

besos

8:58 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Eso mismo, Lena. A unos más que a otros. En fin.

10:07 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Qué incómodo es caminar con una piedra en el zapato... Bueno, qué incómodo debe de ser por sí sólo caminar con tacones. Pero son tan guapos... ¿Te conté que soy un fetichista del pie femenino?

Besos, Lena.

Y no pierdas tu zapato. Corres el riesgo de que en lugar de un príncipe azul, lo encuentre yo.

10:34 p. m.  
Blogger Alvaro en OZ said...

el que encuentre la cura para el egoísmo lo propongo al nobel

saludos ¡¡¡

10:46 p. m.  
Blogger Trasto said...

"Deseo, deseo, deseo... deseo con todas mis ganas ser feliz"
Eso es lo que pido cada vez que soplo las velas de un pastel de cumpleaños...

Besos

PD: ¿Un cogote? ¿Enamorada de un cogote?
A mi me "ponen" las nueces... las del cuello. Las otras, las del nogal, me gustan, sin más... ;D

12:04 a. m.  
Blogger Bowie said...

espero que no nos enamoremos sólo por no estar solos, aunque pensándolo bien quizá es un mecanismo de la naturaleza para hacernos condenadamente felices y reproductivos

y los suéños, ojalá no sean sólo excusas

va el abrazo
:-D

1:53 a. m.  
Blogger xnem said...

interesante, muy interesante, en los tranpostes públicos se acostumbra -sin querer por supuesto- a escuchar muchas e interesantes conversaciones telefónicas y así te enteras que ese señor está en un taxi -aunque sea claramente un metro, que a una no le mola nada su cuñada y que el otro tiene una urgencia de pedir una habitación de hotel de tres a cinco de la tarde de un día laboral.

11:16 a. m.  
Blogger elogio_del_horizonte said...

La felicidad a su completo no existe, siempre falta algo.

Un besote guapisima!!!!

1:10 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home