miércoles, octubre 31, 2007

7.25 a.m.


Yo nunca me perdono.

Perdóname tú.

jueves, octubre 25, 2007

Confesiones cafeteras a las 11.20 a.m.


A veces la oficina se queda un poco vacía; en ocasiones por temas laborales, otras veces por la "pausa cafetera".
Oigo a las chicas de fondo.
Hoy no me apetece salir.
Empieza el frío en mi ciudad.
El frío de verdad.
Me he comprado un gorro y una bufanda verde que supongo que nunca me pondré.
Me gusta el nuevo chocolate de la máquina que cuesta 0,80 céntimos.
No sé por qué no dejo de comprobar que en mi movil no hay ninguna llamada perdida.
Hoy he venido en coche, me gusta conducir escuchando música o ciertos programas de radio 3; de hecho es sorprendente la cantidad de cosas tontas que me gustan: pasear por la playa descalza en invierno; me gusta ver sonreír a mi ahijada, me gusta subrayar frases interesantes en los libros que leo, me gusta reírme contigo, cantar cuando nadie me escucha, la comida italiana, la música en directo...
Cuando yo era pequeña escuchaba los cuarenta principales y me grababa en cintas las canciones que me gustaban. Esa cadena de radio fórmula ha ido empeorando con los años... Al compás que muchas otras cosas...
Lloro de rabia y de alegría últimamente. Me gusta llorar porque me desahogo.

martes, octubre 23, 2007

Dudando



Me hablaste de sueños y yo te animé. El problema ahora es que no sé si seré capaz de seguirte...

domingo, octubre 21, 2007

Gente

"Nunca he conocido a una persona de la que no tuviera nada que aprender" ; en su día lo dijo Galileo, hoy le tomo prestada tal afirmación; para bien o para mal, pero algo que aprender.

sábado, octubre 13, 2007

21.05 p.m


A todos nos llega ese momento crítico. Es aquel en el que todos o muchos de los pilares
en los que siempre confiamos se derrumban.
Es justo ahí cuando abrimos los ojos y nos damos cuenta de que lo que realmente siempre nos sostiene son nuestras dos piernas.

miércoles, octubre 03, 2007

Chupetones


Recuerdo la primera vez que me hicieron uno. Recuerdo en que lugar, en que mes estábamos, que ropa llevaba y quien fue el de la maravillosa idea para dejar firmada su conquista. Recuerdo mirarme a la mañana siguiente en el espejo y sentir que me habían "marcado" como si de ganado se tratase. Y me dije: "Nunca más".
Recuerdo intentar disimularlo con maquillaje, ponerle crema hidratante, rascar con un peine y ya por último tener que usar jersey de cuello porque aquello tardaba en desaparecer unos cuantos días.
Hoy en el autobús, de camino a la Oficina, en el asiento de delante iba una chica "marcada" con esta "cosa" y no pude evitar remontarme a unos cuantos años atrás.
Hoy por hoy casi mejor llevarlos donde nadie me los pueda ver...